Escribenos tecpatanchis@hotmail.com o en linea: cayro4@hotmail.com Hoy es: Lunes 14 de Abril del 2025 |
Las tres regiones se distinguen también fisiográficamente hablando: quedan comprendidas dentro de lo que algunos geógrafos llaman Montañas del Norte, cuyas altitudes máximas alcanzan los 2 000 metros sobre el nivel del mar. El clima, dependiendo de la altitud, varía del templado al tropical húmedo. Originalmente la vegetación de las montañas del norte era de selvas, bosques tropicales y bosques de pino-encino y liquidámbar; hoy predominan las milpas, los cafetales y pastizales (Instituto Nacional Indigenista, INI, 1994: 13). Otra propuesta es la que denomina a la región Montañas Zoques, pues, además de las características físicas, toma criterios culturales para su delimitación. Se señala que las tierras bajas de estas montañas son propicias para el cacao y el cafeto; sin embargo, la ganadería extensiva ha venido afectando la tierra cultivable y destruyendo las reservas forestales.
Asimismo, la construcción de
tres importantes presas hidroélectricas ¾ Chicoasén, Malpaso y Peñitas¾ en
los límites meridionales y occidentales de la región, y la erupción del
Chichonal, modificaron de manera significativa el paisaje de este espacio. La
franja oriental de las Montañas Zoques fue una de las zonas a donde llegó,
durante el siglo XVIII, gran cantidad de población mestiza para explotar las
enormes haciendas ganaderas, lo que propició la rápida aculturación de la
población zoque. Posteriormente, en la década de 1940, indígenas tzotziles
empezaron a llegar a esa zona en busca de tierra y trabajo ¾ Soyaló, Bochil,
Jitotol y Pueblo Nuevo Solistahuacán¾ por lo cual hoy los procesos sociales de
esta porción de las Montañas Zoques tienen más parecido a los de los Altos de
Chiapas (Viqueira, 1995: 34).
Es una enorme cuenca de más de 200 kilómetros de largo y 30 y 60 de ancho. El río Grijalva atraviesa la mayor parte de esta región. Sus altitudes van de los 500 a los 800 msnm. Su clima cálido, lo moderado de sus lluvias y las amplias llanuras que posee, la convierten en una zona con gran potencial agrícola; sin embargo, parte de las tierras de la mejor calidad quedaron inundadas por el embalse de la presa La Angostura, en 1975. Otra porción importante de las tierras está dedicada a la ganadería extensiva y el resto es utilizado para el cultivo del maíz.
En esta gran cuenca es posible distinguir dos regiones: el Valle del Grijalva y la Meseta Central. Es en ésta última (conocida en la época colonial como Valle de Jiquipilas y Cintalapa) en donde está asentada la población zoque. En Tuxtla Gutiérrez y Ocozocoautla habita población de este grupo indígena que se encuentra integrada, en condiciones poco favorables, a la vida de la ciudad. Ya no pertenece a una comunidad agraria y sus actividades económicas son diversas, tales como la mecánica, el comercio, la herrería, empleados del sector de servicios y participantes de la economía informal.
Distintos investigadores, tomando en cuenta la densidad de población hablante de zoque, coinciden en que el área de este grupo indígena de Chiapas se redujo prácticamente a 12 municipios. Entre los procesos contemporáneos que dieron lugar a la reducción de este espacio territorial destacan:
a) La puesta en marcha del proyecto hidroélectrico con la construcción de tres presas que afectaron enormes extensiones de tierra y a la población que en ellas habitaba y trabajaba: la presa Nezahualcóyotl, en el municipio de Tecpatán; la presa Manuel Moreno Torres, en el municipio de Chicoasén y la presa de Peñitas en el municipio de Ostuacán.
b) La perforación de pozos petroleros en el municipio de Ostuacán.
![]() |
La erupción del volcán Chichonal, en 1982, que desapareció algunos poblados y obligó a la creación de asentamientos para la reubicación de la población zoque damnificada. |
![]() |
La migración de grupos tzotziles y tzeltales al área zoque. |
Los zoques se nombran a sí
mismos O´ de pöt , que se traduce por "gente de idioma",
"palabra de hombre". De acuerdo con los estudios de los lingüistas,
los zoques se encuentran íntimamente emparentados con los antiguos olmecas,
quienes eran hablantes del mixe-zoque. Hoy en día se distinguen entre 5 y 7
variantes del zoque que corresponden a distintas áreas geográficas.
Según los datos del censo de 1990, el número total de hablantes de zoque (mayores de 5 años) es de 43 160; de éstos, 34 810 se encuentran en el estado de Chiapas, distribuidos en 57 municipios de los 112 que conforman la entidad.
Actualmente, la presencia de la población zoque puede observarse en municipios que hasta antes de 1982 nunca formaron parte de su hábitat tradicional. A partir de 1982 la ocupación de otros asentamientos se debió a la erupción del volcán el Chichonal, lo que provocó la desarticulación de muchas comunidades, al tener que reubicarse en otros sitios, y reiniciar su vida en condiciones de mayor marginación.
Si bien el censo de 1990 ha identificado zoques en 57 municipios, existen estudios que definen como propiamente zoques 32 municipios: zoques tradicionales; con asentamientos reubicados; con población disminuida y con pocos hablantes de zoque, que ya no formarían parte del área zoque.
(DE ACUERDO CON LOS MUNICIPIOS TRADICIONALES, REUBICADOS Y DISMINUIDOS SE REALIZARA MAPA)
Para 1990, el número de
habitantes monolingües quedó registrado en un 12.5 por ciento, frente al 84
por ciento de bilingües. Es en los municipios llamados tradicionales en donde
se concentra el número mayor de hablantes de lengua zoque; entre éstos destaca
el municipio de Ocotepec, en donde el 95.98 por ciento de su población es
zoque, y Tapalapa, con 95.42 por ciento. No obstante, incluso en estos
municipios, la población bilingüe es significativa; Ocotepec registra el 58.51
por ciento de su población como bilingüe, frente a 35.54 por ciento de
monolingües, siendo este municipio el que posee el más alto nivel. El
porcentaje de monolingües en Ocosingo es de 26.29; en Francisco León, de
18.75; en Acalá, de 16.18; en Ixhuatán, de 10.69; en Tapalapa, de 10.34; y en
Jitotol, de 10.18 por ciento (véase
cuadro "Hablantes de zoque, municipios tradicionales").
La diversidad de las regiones, con sus componentes fisiográficos, ecológicos, económicos y culturales, impide hablar de un solo grupo étnico en el sentido organizativo. En efecto, los zoques, como muchos otros grupos indígenas mesoamericanos, más que identificarse como etnia, tienden a identificarse en términos de poblado, comunidad o región. En este sentido, la identificación puede ocurrir entre grupos hablantes de distintas lenguas que, sin embargo, comparten historias, problemas y demandas comunes. Un ejemplo significativo es que en el norte del estado de Chiapas, durante la década pasada, indígenas tzotziles, tzeltales, zoques y choles participaron en un movimiento agrario regional. Y en 1994, pueblos zoques, tzotziles y choles, que venían de esa tradición de lucha independiente, ganaron, a través del Partido de la Revolución Democrática (PRD), las presidencias municipales de Soyaló, Bochil, Jitotol y Pueblo Nuevo Solistahuacán.
Es importante anotar que, si bien
puede afirmarse que los zoques son un mismo grupo etnolingüístico, con
características histórico culturales propias, no necesariamente poseen una
organización compartida. En Chiapas es evidente que las luchas de los pueblos
indios responden a historias regionales en donde interactúan, en conflicto o
alianza, con habitantes mestizos y de distintas lenguas indígenas.
Aun entre las comunidades reconocidas como tradicionalmente zoques se observan diferencias importantes. Ellas se encuentran divididas en tres tipos de culto religioso, que tiene su correspondencia con diferentes estructuras cívico-religiosas: culto católico, protestante y el de los "costumbreros" (que siguen la costumbre).
Uno de los pocos pueblos del área zoque que todavía conserva la "costumbre" como un continuum de ritos todo el año es Ocotepec. Hace unas décadas la participación de los pobladores en los cargos o puestos religiosos era significativa; hoy en día esas prácticas tienen poca significación para la mayor parte de ese pueblo. Actualmente se calcula que unas 20 familias practican la costumbre en la cabecera municipal. Este municipio es el segundo con mayor número de hablantes de zoque y de monolingües.
"Costumbreros" Los barrios tienen una junta, Witdinakowina, representada por un jefe que es nombrado cada año; participan también algunos piteros, tamboreros y un rezador. Aunque antiguamente los barrios eran representados por esta junta en los ayuntamientos, en la actualidad esta modalidad ya no está vigente; hoy los ancianos de la Witdinakowina son reconocidos como jamo yoye, "el que recuerda".
Los jamo yoye gozan de gran prestigio por su participación en los cargos civiles y ceremoniales. Además, gracias a la fuerza de su kojama (tono), son quienes pueden normar la conducta de la gente. Pero el sistema de autoridad tradicional, cuya base se encontraba en este prestigio de los ancianos, dejó su lugar al sistema oficial de lucha y sucesión política.
Además de los jamo yoye, existen los chamanes, quienes pueden hacer maleficios por encargo, pero también poseen los conocimientos necesarios para diagnosticar y curar las enfermedades. Uno de los métodos más importantes es el sueño.
Católicos Hoy los católicos son una mayoría en varios de los municipios más tradicionales, y la iglesia mantiene una intensa actividad pastoral a través de la organización de los pobladores en grupos que emprenden distintas acciones. El culto católico, además de que mantiene ciertas creencias, como la de los santos, y abre el espacio a los miembros de la Acción Católica para ocupar puestos en la estructura religiosa de la comunidad, ofrece un nuevo marco organizativo que se traduce en la vía de acceso a la obtención de prestigio en la comunidad, al mismo tiempo, permite la convivencia con los "costumbreros".
Adventistas
La
llegada a la zona de los adventistas, en los municipios de Coapilla, Patepec y
Ocotepec, y también presbiterianos, en el caso de Tapalapa, data de los años
treinta y, junto con el Instituto Lingüístico de Verano, en 1940. A diferencia
de la organización impulsada por la Iglesia católica, la adventista propicia
la participación masiva en las actividades de responsabilidad y organización
de la iglesia. Sus miembros, aunque se encuentran en minoría y separados de las
festividades y rituales de los católicos, en otras actividades de la comunidad
participan junto con el resto de los pobladores, en asambleas ejidales, trabajos
comunitarios y partidos políticos.
Cada pueblo o localidad celebra a su santo patrón, pero existen algunas fiestas que son compartidas por los costumbreros y los católicos, y son aquéllas que los españoles hicieron coincidir con las fechas de la cosecha y la siembra: el Señor de Esquipulas, en enero, la Candelaria, el 2 de febrero, El Carnaval y Corpus Christi.
Es importante considerar de que,
a pesar de que en Tuxtla y sus alrededores, el mestizaje y la aculturación de
los zoques se produjo desde el siglo XVIII, hoy se mantienen vivas algunas de
las festividades, cuya organización y suntuosidad llaman la atención,
precisamente porque se realiza en una zona urbana. La Virgen de Copoya es la
fiesta tradicional de Tuxtla Gutiérrez, y se celebra con procesiones y danzas .
Durante la época colonial mantuvieron en gran proporción la propiedad comunal. Sin embargo, en los vastos y fértiles territorios de la Depresión Central, que rodeaban a los poblados de Ocozocuautla, Tuxtla, Cintalapa y Jiquipilas, los propietarios españoles iniciaron los despojos de los predios comunales, logrando apoderarse de grandes extensiones. En contraste, las tierras enclavadas en la parte serrana de Pantepec, sumamente quebradas y escasamente aptas para las actividades productivas, permanecieron prácticamente en posesión de los zoques durante el siglo XIX y principios del XX.
El despojo de sus tierras de los Valles Centrales se intensificó al favorecerse el deslinde y enajenación de los predios comunales, a mediados del siglo XIX, con las leyes de Reforma de Benito Juárez. Tan sólo la compañía deslindadora inglesa Mexican Land and Colonization, Co. fraccionó alrededor de 190 000 hectáreas del valle de Cintalapa (Villa Rojas, 1975).
Los bienes comunales de la sierra de Pantepec, que permanecieron sin alteraciones territoriales hasta la tercera década del presente siglo, fueron: Ixhuatán, con 250 000 hectáreas; Ixtapangajoya, con 1 680; Solosuchiapa, con 170 000; y Chapultenango, con 3 770 hectáreas.
Durante este siglo, y como resultado de las políticas agrarias, se inició, aunque muy lentamente, la restitución de tierras a sus habitantes originales, en calidad de ejidos, en los municipios de: Ixctacomitán, Pichucalco, Tapalapa, Ocotepec, Chapultenango, Copainalá, Tecpatán y Pantepec, conservando en algunos casos ¾ como Francisco León¾ la modalidad de bienes comunales.
En los años posteriores al Cardenismo, la restitución de tierras a los zoques fue en poca proporción y a este hecho se añaden el crecimiento demográfico y la erupción del volcán Chichonal, en 1982, que obligó a muchas familias a ser reubicadas en sitios lejanos a su territorio tradicional. La acumulación de estos sucesos ha dado como resultado una gran presión sobre la tierra, originando en los años recientes numerosos conflictos, que varían desde la disputa entre las comunidades por límites ejidales (INI, 1992: 44), el despojo por parte de ganaderos mestizos, hasta la lucha por permanecer en los lugares originales de colonización, como la Selva Lacandona (véase cuadro 2).
Municipio |
Población total |
Hablantes mayores de 5 años |
Total de zoques* % |
Ocosingo |
121 012 |
1 571 |
1.30 |
Acala |
21 051 |
1 168 |
5.55 |
Chiapa de Corzo |
45 143 |
660 |
1.46 |
Juárez |
20 903 |
547 |
2.62 |
Ixtacomitán |
7 365 |
1 139 |
15.27 |
Pichucalco |
27 312 |
282 |
1.03 |
Fuentes: Hubner,
1985; Báez, 1985; y Anuario CEI, 1991, en Reyes G. Laureano, 1995: 84.
*Los zoques que viven en estos municipios después de la erupción del volcán
el Chichonal, en 1982.
La población zoque de Chiapas está ligada fundamentalmente a la producción agrícola para consumo familiar. El maíz, como grano básico de su alimentación, varía en cuanto a volúmenes de producción de acuerdo con la región fisiográfica y la topografía de los terrenos, ya que en algunas zonas pueden obtenerse dos cosechas anuales, como en los municipios de Chapultenango y Francisco León. En cambio, en los municipios de la zona alta, como Rayón y Ocotepec, sólo es posible obtener una cosecha al año con rendimientos muy bajos: unos 400 kilogramos por hectárea.
Otros cultivos importantes, que son complementarios para la alimentación, o que se venden o intercambian, son: frijol, chile (ají), caña de azúcar, café y cacao. Estos cultivos se dan de acuerdo con la zona, el clima, el tipo de suelo y la altura sobre el nivel del mar. Por ejemplo, en la región de la Sierra, los rendimientos que se obtienen de café son 10 bultos por héctarea, es decir, 575 kilogramos y de frijol, 100 kilogramos por héctarea.
Agricultura de traspatio También se produce en pequeña escala: plátano, aguacate, durazno, haba, naranja, chícharo, chayote, chilacayote y pimienta. Además, se utilizan plantas silvestres para complementar la subsistencia, tales como el chichón, el quelite, la chaya, el tepenchile y la yerba mora.
Técnicas e instrumentos
agrícolas. El sistema de tumba-roza y quema sigue vigente entre la
mayoría de los ejidatarios, así como el empleo del machete, el azadón y la
macana. Los fertilizantes químicos son de uso casi generalizado. Pocos son los
campesinos zoques que empiezan a abandonar la quema de los terrenos como técnica
y a utilizar fertilizantes orgánicos.
Desde el siglo XVIII se observaba en el área zoque una importante actividad de cría, pastoreo y compra-venta de ganado vacuno; en ese entonces controlada por los españoles desde las grandes haciendas de los Valles Centrales. En la actualidad, la ganadería continúa siendo una actividad productiva importante, sobre todo en los municipios limítrofes con las planicies costeras del estado de Tabasco, en donde la población mestiza mantiene el poder económico y político ¾ Rayón, Tapalula, Solosuchiapa, Pichucalco, Ostuacán, Ixtacomitán y Tecpatán¾ . Los zoques participan de esta actividad como peones de los ganaderos, que en su mayoría son mestizos.
Sólo en un pequeño número de unidades ganaderas ejidales, la población indígena mantiene la propiedad y el control de los hatos. Por ejemplo, en la cabecera municipal de Pantepec, los ejidatarios que cuentan con ganado tienen en promedio 10 cabezas, y sólo los pequeños propietarios poseen una cantidad mayor a las 100 cabezas de ganado. En la cabecera de Coapilla, los pequeños propietarios cuentan, cada uno, con 50 cabezas aproximadamente, mientras que los ejidatarios tienen de 3 a 4 cabezas de ganado. En Ocotepec, la ganadería se da en menor escala; los que tienen mayor cantidad, poseen 40 cabezas de ganado y los ejidatarios entre 1 y 3 cabezas.
Algunos ejidatarios se dedican a la producción de leche y quesos, que comercializan a nivel local y regional. Mientras, la mayor parte de los grandes ganaderos venden la producción de leche a la compañía Nestlé.
Numerosas familias zoques
mantienen minúsculas unidades de pequeñas especies en el traspatio, como
gallinas y cerdos, cuya función es básicamente de ahorro y, en menor medida,
para el consumo familiar.
Las actividades de extracción forestal se llevan a cabo en los municipios que todavía poseen recursos significativos, como en Ocotepec, Coapilla y Pantepec, en la región serrana, donde existen bosques de coníferas típicos de las partes altas. En Pantepec, por ejemplo, se calcula en un 20 por ciento la superficie ocupada por recursos forestales, es decir, unas 800 hectáreas clasificadas como bosque de niebla con pino ocote, encino, cedro y otras especies; funcionando dos aserraderos con permisos de aprovechamiento forestal. Por su parte, en Coapilla se habían otorgado, en 1995, permisos de aprovechamiento forestal por 10 000 metros cúbicos de especies de pino y, en menor medida, de liquidámbar y encino. Otro municipio que cuenta con recursos forestales es Ocotepec, con dos áreas muy importantes de bosque de niebla: el Cerro del Mono y San Antonio del Monte.
La explotación forestal ha sido
fuente de conflictos entre los ejidatarios poseedores del recurso, los
madereros, y las autoridades municipales y federales que tienen que ver con los
permisos de aprovechamiento. En gran parte de los poblados zoques el bosque es
sometido a la extracción intensiva de leña, que se usa como combustible doméstico.
A excepción de las cabeceras municipales, en el resto de las localidades el fogón
sigue siendo de uso casi generalizado.
La comercialización de algunos productos agropecuarios representa la principal fuente de ingresos monetarios para los zoques, ante la ausencia casi absoluta de otras opciones económicas (como el trabajo asalariado eventual). El café, el cacao y, en menor medida, el ganado bovino son los productos sujetos a la venta en los mercados regionales y estatales, a través de canales de comercialización atrasados y poco eficientes, que son manejados por intermediarios ladinos en condiciones de desventaja para los indígenas.
En cuanto a la comercialización
de productos forestales, generalmente consiste en la venta de la madera en
rollo, puesto que no existe infraestructura para darle valor agregado. Los
principales compradores de los productos mencionados provienen del estado de
Tabasco, sobre todo de los municipios limítrofes.
La oferta de productos básicos industrializados y que no se producen dentro de la región habitada por los zoques es pobre y está en función de la capacidad adquisitiva de la población. Por lo general, el pequeño comercio se encuentra en manos de los mestizos de las cabeceras municipales, cuyas tiendas ("misceláneas") ofrecen productos alimenticios, como sal, azúcar, aceite, galletas, harina de maíz y de trigo, refrescos embotellados, así como artículos de ferretería y herramientas (machetes, láminas de zinc, azadones, molinos manuales de nixtamal [para hacer harina para tortillas]).
En cuanto al sistema estatal de distribución de productos básicos (DICONSA, empresa filial de la Compañía Nacional de Subsistencias Populares, CONASUPO), cuya función reguladora de precios podría ser una opción para la población marginada, únicamente cuenta con 41 pequeñas tiendas distribuidas en 12 municipios (Anuario Estadístico, 1996: 401), razón por la cual la mayoría de las localidades en donde se concentra la población zoque carece de esta alternativa.
Otra modalidad de abastecimiento
de productos que utiliza la población es a través de los comerciantes viajeros
¾ generalmente mestizos¾ , que cumplen la doble función de compradores de
productos, café y cacao, y de vendedores de sal, aceite, herramientas,
aguardiente. Cabe mencionar que en el intercambio comercial, por regla general,
la población zoque es la menos favorecida por los altos precios con que se
ofertan los diferentes productos debido al exceso de intermediarios, la lejanía
de los centros de distribución, la pésima red de caminos, y la voracidad de
los coyotes (acaparadores) y comerciantes.
Durante las últimas décadas, la emigración de la población zoque ha incrementado considerablemente por los factores siguientes:
Crecimiento demográfico y minifundismo extremo en los ejidos y tierras comunales; la presión por la tierra aumenta, lo que resulta en el número de hijos de ejidatarios que ya no pueden acceder a terrenos de cultivo. La mayoría de las parcelas ejidales tienen un promedio de 3 a 5 hectáreas.
b) Ausencia de fuentes de trabajo locales en los sectores secundario y terciario de la economía.
c) Desde 1982, los efectos devastadores de la erupción del volcán Chichonal, que prácticamente desapareció del mapa al municipio de Francisco León, obligaron a aproximadamente 11 291 zoques a reubicarse en otros municipios de Chiapas e, incluso, de Tabasco(Reyes Gómez, 1995: 185).
Es necesario mencionar que, con el paso del tiempo, los pueblos abandonados, poco a poco se fueron repoblando.
Los principales polos de atracción
son: la industria petrolera de las ciudades de Villahermosa, Macuspana y Cárdenas,
en el estado de Tabasco; y la capital del estado de Chiapas, Tuxtla Gutiérrez,
y los municipios de Ocosingo, Acala y Pichucalco, para los damnificados por el
volcán. En el primer caso, los emigrantes, generalmente varones jóvenes,
procedentes de los municipios de Tapilula, Tapalapa, Chapultenango, Ostuacán,
se emplean como peones del más bajo nivel en los campos petroleros. Hacia la
capital chiapaneca llegan emigrantes de los municipios de Ocotepec, Rayón,
Copainalá, Pantepec para sobrevivir en diversas actividades de la economía
informal: vendedores ambulantes, empleadas domésticas, pequeñas industrias
extractivas de grava y arena, fabricación de ladrillos en Acala y Chiapa de
Corzo.
Las condiciones desfavorables de desarrollo social y económico de los pueblos indios en México, y específicamente en el contexto chiapaneco, han sido todavía más acentuadas en el caso de los zoques, debido a la escasa atención prestada, tanto por los gobiernos estatales como federales. Un ejemplo significativo es el hecho de que los Centros Coordinadores del INI, que atienden a la población zoque ¾ Ixtacomitán, Coapillla y Ocozocoautla¾ fueron creados a mediados de la década de 1970. Pero, en realidad, no fue sino hasta la construcción de las presas hidroeléctricas y la erupción del volcán Chichonal, en 1982, que el país y sus gobernantes percibieron la existencia de los zoques y de sus precarias condiciones materiales de vida, ya que la etnografía tradicional y los programas de apoyo oficiales (principalmente del INI) estuvieron durante muchos años orientados hacia la población mayense tzeltal y tzotzil del centro de Chiapas.
Aun ante las graves señales de
alarma producidas por erupciones previas del Chichonal, funcionarios del
gobierno estatal intentaron detener la evacuación de los poblados y, cuando
finalmente se vieron obligados a hacerlo, privilegiaron la salida del ganado de
los grandes propietarios mestizos de la región, y de sus productos agrícolas,
como el café, antes que a los indígenas zoques. No existen cifras exactas del
número de personas muertas, pero los familiares sobrevivientes hacían un cálculo
de alrededor de 1 500 personas. Pero esto es sólo en el caso de quienes
murieron en el momento de la erupción. Según Félix Báez (1985: 108) en los
primeros meses, luego del desastre causado por el Chichonal, en los albergues
habían muerto 50 niños por diarreas, calenturas y dengue.
Comercialización Los apoyos en este renglón se han dirigido principalmente al café, que los zoques producen en las zonas templadas y medias de la sierra, y consistieron, durante la existencia del Instituto Mexicano del Café (INMECAFE), en la compra de cosechas y el eventual pago de remanentes de acuerdo con los precios internacionales. Además, y de manera discontinua, se apoyaba a los productores con asesoría técnica, servicios de almacenaje y costalera, y para el renuevo de cafetales.
Desde 1989, a raíz de las intensas heladas que se presentaron en gran parte del territorio nacional, se desplomó la producción y poco después se liquidó el INMECAFE, traspasando algunas de sus funciones al INI en combinación con el Banco Nacional de Crédito Rural (BANRURAL) y el gobierno estatal (tales como, una modalidad de "crédito a la palabra" para la producción y la comercialización del producto aromático que sustituyó al pago de cosechas).
Crédito agropecuario Los créditos a la producción pecuaria han sido tradicionalmente ejercidos a través del BANRURAL (banca estatal de segundo piso). Los mayores beneficiarios de los créditos refaccionarios han sido, tradicionalmente, los ganaderos mestizos de la región de la Vertiente del Golfo y, en menor medida, los grupos ejidales zoques. Pero, en ambos casos, la mayor parte de los productores se encuentran en cartera vencida, inhabilitados para la obtención de nuevos préstamos.
En cuanto a los créditos de avío, sobre todo para productos que consume la población (maíz, por ejemplo), son poco significativos, y se ejercen a través del INI (organismo que cuenta con unidades operativas en las localidades de Ixtacomitán, Copainalá y Ocozocuautla) mediante un programa denominado Fondos Regionales de Solidaridad.
El Programa de Apoyo al Campo
PROCAMPO se aplica en la región como una modalidad de subsidio a los
productores agrícolas, y se ejecuta a través de la Secretaría de Agricultura,
Ganadería y Desarrollo Rural (SAGAR) y del gobierno estatal.
Asociación Kolpin Esta asociación tiene su sede en Alemania y, además de los proyectos que impulsa en la región zoque, cuenta con otros en 54 países más. Hasta donde se sabe, en 3 comunidades de los municipios de Coapilla y en 6 de Ocotepec (aunque es probable que trabaje en otros municipios), tiene proyectos de apoyo a la producción, hortalizas y árboles frutales, utilizando técnicas de agricultura orgánica.
Por las actividades descritas por los pobladores, se trata también de un grupo ligado, tal vez, a alguna iglesia evangélica, ya que además de las reuniones donde se tratan asuntos de los proyectos económicos, hay reuniones "de reflexión de la Palabra de Dios" (Hernández, 1997: 49-50).
Pronatura Asociación Civil, que en Chiapas trabaja en los municipios de San Cristóbal Las Casas, Tapalapa y la Selva del Ocote (los dos últimos forman parte de la región en donde habitan los zoques ) y actualmente tiene programado extender su proyecto de Conservación de Bosques de Niebla y Desarrollo Rural a los municipios de Coapilla y Ocotepec.
En el municipio de Amatán otras
asociaciones civiles desarrollan acciones de capacitación jurídica y promoción
de los derechos humanos a través de organizaciones sociales, como es la
Asamblea Zoque y de la Cooperativa La Flor de Amatán.
Existen 30 albergues escolares para niños indígenas en las regiones de Tecpatán, Ocozocuautla, Cintalapa, Amatán, Chapultenango, Ixhuatán, Ixtapangajoya, Pantepec, Pichucalco, Rayón, Solosuchiapa, Tapalapa y Tapilula (INI, 1994: 20).
En todas las cabeceras municipales se cuenta con servicios educativos con enseñanza primaria completa del sistema federal o estatal, así como las denominadas "telesecundarias". En Ocotepec y en Pantepec, además, hay escuelas secundarias técnicas y "telebachilleratos".
En lo que respecta a las localidades fuera de las cabeceras municipales, en algunas de ellas hay pequeños y muy precarios centros educativos del Sistema de Educación Indígena Bilingüe, en los que se imparten algunos grados de la educación primaria (escuelas unitarias). Además, en algunas comunidades funcionan módulos de alfabetización para adultos a cargo del Instituto Nacional de Educación para los Adultos (INEA). La Acción Católica y la iglesia adventista, instrumentan también programas de alfabetización.
En 1997 se creó el Centro Estatal de Lenguas, Arte y Literatura Indígena (CELALI), por parte del gobierno del estado, con el argumento de que este programa da respuesta a uno de los puntos de los Acuerdos de San Andrés Larráinzar, firmados entre el gobierno mexicano y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Su labor es traducir a las lenguas indígenas de Chiapas, incluido el zoque, la Ley Orgánica Municipal, el Código Electoral, la Ley de Responsabilidad de Servidores Públicos, la Ley del Equilibrio Ecológico y Protección al Medio Ambiente, la Ley de Salud y la de Educación, a fin de dar a conocer a los pueblos indios sus derechos y obligaciones.
Sólo cabe resaltar que aunque esta labor pueda ser importante, políticamente resulta poco viable, ya que justamente quienes enarbolan las demandas sobre cultura y derecho indígenas tienen una serie de propuestas sustancialmente distintas a las contempladas en las leyes vigentes.
Otros organismos, como PRONATURA y el INI, han realizado esfuerzos para traducir material informativo y de capacitación en lengua zoque, pero se desconoce la repercusión real de este tipo de material.
La deficiente infraestructura educativa, así como los escasos recursos oficiales destinados a esta materia en la región, mantienen a la población zoque entre las más desfavorecidas en instrucción formal (en el municipio de Ocotepec, por ejemplo, hacia 1990 el porcentaje de población mayor de 15 años sin instrucción era mayor al del resto de la entidad, INEGI, 1990), como puede observarse en los indicadores de marginación (véase cuadro 3) .
La región que abarca los municipios con población zoque es la que tiene menor número de personas en instituciones de seguridad social, como el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en relación con las otras zonas de la entidad, por lo que el acceso de la población a los servicios de salud es, en el mejor de los casos, por medio de las Unidades Médicas Rurales del IMSS (con el régimen de "solidaridad social", que en realidad son servicios asistenciales deficientes), o de los pequeños centros de la Secretaría de Salud, que funcionan de manera irregular en las cabeceras municipales. En ambos casos los servicios consisten en el primer nivel de atención (sobre todo de consulta externa).
En cuanto al personal médico, se cuenta con un número muy reducido en relación con la población y el resto de la entidad (Anuario Estadístico de Chiapas, 1996: 192, 193). La unidad de servicios médicos del segundo nivel de atención más cercana se encuentra en la cabecera municipal de Bochil (Clínica Hospital de Campo IMSS-Solidaridad).
El perfil epidemiológico de la población zoque no difiere cualitativamente del patrón característico que se observa para el estado de Chiapas, donde predominan elevados indicadores de morbilidad y mortalidad propios de la pobreza, como son las infecciones gastrointestinales y las respiratorias agudas, la amebiasis y las parasitosis intestinales, la desnutrición infantil, las complicaciones del embarazo, parto y puerperio, las enfermedades prevenibles por vacunación.
En virtud de que no existen datos generales sobre las condiciones de salud-enfermedad para el área zoque, ciertos autores señalan algunos porcentajes alarmantes, como el que informa Laureano Reyes (1995: 59) respecto a la desnutrición entre la población infantil, superior al 35 por ciento. En otro informe del mismo autor, se consignan los siguientes indicadores de enfermedades transmisibles, en cuanto a frecuencia de consulta externa en unidades del IMSS, para el año 1983:
- infecciones respiratorias: 49%
- infecciones intestinales: 47.2%
- paludismo: 0.30%
En cuanto a enfermedades no
transmisibles, destaca la desnutrición con el 35 por ciento de las causas de
consulta en 3 unidades médicas del IMSS, seguida de anemias y gastritis (Ibid.:
85).
Los municipios zoques de Rayón, Jitotol, Tapilula e Ixtacomitán están atravesados por la carretera pavimentada que conecta a las capitales de Chiapas, Tuxtla Gutiérrez, y Tabasco,Villahermosa, por medio de la cual se presta el servicio regular de transporte de pasajeros. En cuanto a la sierra de Pantepec, los caminos que conectan a localidades de Ocotepec, Chapultenango y Ostuacán son de "terracería" (tierra), intransitables en tiempo de lluvias. Copainalá y Tecpatán se comunican por medio de la carretera recientemente pavimentada que va de la capital chiapaneca a Raudales Malpaso. Francisco León es el municipio más inaccesible, sobre todo después de la erupción del Chichonal, sólo existen algunas brechas y caminos de herradura.
En síntesis, puede afirmarse que
la mayor parte de las localidades en donde se concentra la población zoque
tienen un alto grado de marginación, como se muestra en el cuadro 3.
Como ya se ha visto, las autoridades tradicionales, ligadas a la "costumbre", han perdido sus facultades normativas dentro de la estructura social y política de la sociedad zoque. En la actualidad, las autoridades y las formas de elección de las mismas están incorporadas al marco constitucional del Estado mexicano. Hoy las principales disputas por el control de las presidencias municipales y ejidales se dan entre el partido oficial, Partido Revolucionario Institucional (PRI) y los distintos partidos de oposición.
En términos generales puede decirse que en el norte de la zona zoque la presencia del Partido de la Revolución Democrática (PRD) es significativa, al grado que hoy en día se encuentra gobernando 5 presidencias municipales; en otros municipios forma parte de ayuntamientos de composición plural. En el municipio de Coapilla, el Partido Cardenista ha estado ocupando la presidencia en los últimos tres períodos.
Cabe mencionar que no existe ninguna organización zoque con reivindicaciones de carácter étnico, tal vez con la excepción de la Asamblea Zoque, ya mencionada. Sin embargo, algunos médicos zoques tradicionales, participan en la Organización de Médicos Indígenas de Chiapas, como es el caso de los del municipio de Coapilla.
El resto de las organizaciones que operan localmente son, por ejemplo: Alcohólicos Anónimos, uniones ganaderas, uniones de cafeticultores (éstas dos generalmente controladas por los pequeños propietarios mestizos), uniones de granjas de mujeres y todas las impulsadas principalmente por Acción Católica.
En cuanto a las organizaciones
campesinas, sólo en el caso de ciertas localidades o en donde habitan algunos
zoques de los municipios de Pantepec, Simojovel, Amatán y los ya mencionados de
Jitotol, Soyaló, Bochil y Pueblo Nuevo, los campesinos pertenecen a la Central
Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC). La gran mayoría se
agrupa en las organizaciones campesinas oficiales, como la Confederación
Nacional Campesina (CNC).
Cada uno de los diferentes rubros muestra que la población zoque vive en un alto grado de marginación, de ahí que parte de la problemática sea la falta de acceso real y equitativa a los programas de producción y servicios ¾ de salud, vivienda, educación y de infraestructura¾ que les permita mejorar sustancialmente sus condiciones de vida.
Las condiciones de marginación son inseparables del control y de la apropiación de los recursos locales y regionales, así como de los programas oficiales, por parte de la mayoría de la población , en este caso, la zoque. Los datos y procesos aquí presentados muestran que las posibles soluciones no pueden estar al margen de las formas actuales que los pueblos de las distintas regiones están adoptando o adoptan para mejorar su situación. Esto quiere decir que, aunque muchas de las estructuras tradicionales de organización ya no existan, esto no significa que no cuenten con formas propias a pesar de ser nuevas o "venidas de fuera".
Es necesario reconocer que los pueblos no son pasivos o simples receptores, la apropiación se hace de manera activa. Es evidente que los problemas se dan en todas las áreas: las productivas, las de servicio y las organizativas, pero sería fundamental considerar aquéllas que los propios pueblos consideran prioritarias.
Es necesario considerar que la solución de los problemas que tienen los pueblos indígenas no puede recaer únicamente en que ellos deben apropiarse de los programas y de las políticas públicas, con la obtención efectiva y equitativa de conocimientos y recursos, desde sus concepciones y organizaciones "tradicionales" o "modernas", pero finalmente propias. Para que lo anterior sea efectivo, es importante dar un paso previo, y es conocer a profundidad las condiciones socioeconómicas, políticas y culturales de los zoques en las distintas regiones del estado.
Ciertamente, uno de los grupos indígenas de Chiapas menos tratados por las ciencias sociales es el zoque, de ahí que varias de las cuestiones que aquí se han abordado sean poco precisas e incompletas. Por ejemplo, para la instrumentación alternativa de políticas y programas, se requiere investigar, por región, cuáles son las modificaciones en las relaciones cotidianas entre la población, y entre ésta y los demás grupos étnicos con los que convive. Cómo se han modificado las estructuras de parentesco ante la penetración de la Iglesia católica y evangélica. Qué tipo de organizaciones sociales existen en otras localidades, además de las aquí enunciadas. Cuál es su influencia real y cuáles son sus potencialidades para apropiarse de recursos ¾ económicos, de conocimiento, políticos y manejarlos de manera equitativa y racional.
Tus comentarios y sugerencias son muy importantes. Firma aqui el libro de visitas.
|